La ola de calor que asfixia a media España desde finales de junio ha traído como consecuencia el empeoramiento de la calidad del aire. El ozono, un gas tóxico que se genera a partir de las emisiones del tráfico, se ha disparado gracias a las horas de intensa radiación solar.

En la capital, más de un tercio de los puntos en los que el Ayuntamiento mide la concentración de contaminantes superan esta tarde los 180 microgramos por metro cúbico de ozono troposférico --llamado popularmente ozono malo para distinguirlo del estratosférico, que hace de filtro de la radiación ultravioleta--, el límite de protección a la salud recomendado. En tres puntos se han superado los 200. La situación obliga al Ayuntamiento de la capital y a la Comunidad de Madrid a pedir a los ciudadanos que usen el transporte público y dejen en casa el coche.

La legislación europea obliga a las autoridades a informar a la población cuando se supera un determinado umbral, que en el caso del ozono es de 180 microgramos por metro cúbico. Así lo han estado haciendo las dos administraciones durante el fin de semana, pero únicamente a través de sus páginas web. Los expertos en calidad del aire llevan años reclamando que los ciudadanos tengan acceso a la información en la calle y en tiempo real, por ejemplo, usando los paneles informativos municipales.

Las autoridades recomiendan asimismo que "los grupos de población más sensibles a los posibles efectos del ozono: niños, ancianos y personas con problemas respiratorios, eviten realizar ejercicios o cualquier otro tipo de esfuerzo físico al aire libre, especialmente en las zonas próximas a las estaciones en las que se sobrepasa el umbral de información a la población", según recoge el portal de calidad del aire del Ayuntamiento de Madrid.

Los problemas con el ozono empezaron en la capital el jueves pasado, cuando se superó el límite en la estación de El Pardo. El viernes no se rebasó el máximo, pero el sábado la situación empeoró y se llegaron a registrar superaciones en 13 estaciones de la red de medición durante dos horas seguidas, a las cinco y a las seis de la tarde. Hasta ocho municipios de la Comunidad de Madrid rebasaron el sábado a la vez el límite de ozono que obliga a las autoridades a informar a la población.

El ozono es un contaminante propio del verano y con peculiaridades con respecto a otros. Ni se ve ni se huele. Se trata además de un contaminante secundario, que se forma cuando otros gases tóxicos (principalmente los óxidos de nitrógeno procedentes del tráfico) reaccionan con la radiación solar. Los registros son peores en parques urbanos, a las afueras o en municipios en los alrededores de las urbes, es decir, en lugares alejados de los tubos de escape.

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