Friederike Otto: No podemos asegurar que el cambio climático haya provocado esta ola de calor
El 2 de julio la web Climate Central publicó un estudio en el que se aseguraba que el cambio climático ha doblado las posibilidades de que se produzcan olas de calor en Europa. ¿Quiere esto decir que la actual ola de calor que estamos sufriendo ha sido provocada por el cambio climático?
Según ha asegurado a eldiario.es la investigadora Friederike Otto, líder del equipo que ha llevado a cabo el estudio, "no podemos decir que esta ola de calor haya sido provocada por el cambio climático, ya que este tipo de fenómenos tiene muchas causas diferentes. Lo que sí muestran nuestros resultados es que estos fenómenos son cada vez más probables debido al calentamiento global".
La investigación, llevada a cabo por un equipo internacional de científicos, se enmarca dentro de un proyecto global de la organización Climate Central, que trata de ofrecer respuestas a corto plazo sobre la posible influencia del cambio climático en fenómenos meteorológicos extremos (como olas de calor o grandes tormentas). Según la directora científica de esta organización, la investigadora Heidi Cullen, "desafortunadamente, cada vez que tiene lugar un fenómeno meteorológico como la actual ola de calor, suele haber muchas especulaciones acientíficas sobre el papel que ha podido tener el cambio climático, así que nuestro objetivo es ofrecer una respuesta cuantitativa".
Los investigadores recurrieron al registro histórico de varias ciudades europeas para determinar cuántas veces se habían dado temperaturas extremadamente altas durante al menos tres días seguidos. Al comparar los datos se dieron cuenta de que esto sucedía cada vez con más frecuencia. Por ejemplo, en Madrid, una de las ciudades incluida en la investigación, hoy es cuatro veces más probable que se dé una ola de calor que en 1950.
Sin embargo, que haya aumentado la frecuencia de un evento no quiere decir que este aumento se deba al cambio climático. Ahí es donde entran los modelos climáticos, que son capaces de aislar los efectos de los gases de efecto invernadero y de determinar hasta qué punto una tendencia como la observada puede estar relacionada o no con el cambio climático. "Nuestros resultados confirman que las olas de calor como las que está sufriendo Europa son hasta dos veces más probables debido al calentamiento global", afirma Otto.
Esta ola de calor puede ser histórica
Según los resultados de otro estudio más exhaustivo publicado en 2011 en la revista Science, el cambio climático hará que la probabilidad de sufrir grandes olas de calor se multiplique hasta por 10 durante los próximos 40 años. Aquel estudio analizaba las dos grandes olas de calor que se habían producido en la última década ( 2003 y 2010), y que batieron todos los registros históricos, dejando dejando más de 80.000 muertos en Europa. Uno de los autores de aquella investigación, el catedrático de física de la atmósfera de la Universidad Complutense de Madrid Ricardo Guerrero considera que "aunque aún no ha terminado, los datos parecen indicar que la actual ola de calor que está sufriendo la península será mayor que la de 2003 e incluso puede que mayor que la de 2010".
Con respecto al estudio publicado por Climate Central, Guerrero considera que es "difícil de valorar", ya que "aunque los resultados y la metodología del estudio parecen correctos, habría que esperar a que la ola de calor termine para poder sacar más conclusiones". En cualquier caso, Guerrero asegura que "es muy probable que haya alguna contribución del cambio climático a la actual ola de calor", pero insiste en que "es necesario esperar y hacer un análisis más riguroso".
Existen varios estudios que vinculan eventos meteorológicos concretos con el cambio climático. El pasado lunes, un estudio publicado en la revista Nature Geoscience vinculaba las intensas lluvias que provocaron inundaciones en la región rusa de Krymsk en 2012 con el calentamiento global y pronosticaba un aumento este tipo de tormentas en las regiones del Mar Negro y el Mediterráneo. Sin embargo, aunque el cambio climático y el consecuente calentamiento global estén provocando un aumento en la frecuencia de este tipo de eventos, esto no quiere decir que todos ellos puedan ser atribuidos al cambio climático. "Hay que entender que el clima tiene dos fuentes principales de variación, una de origen natural y otra de origen atropogénico y no siempre es sencillo determinar la contribución de cada una", concluye Guerrero.
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