Murcia: El plan para prevenir la contaminación en Escombreras lleva siete años de retraso
Han pasado siete años desde que fue presentado el sistema informático destinado a prever episodios de emisiones anómalas y potencialmente contaminantes por parte de las industrias del Valle de Escombreras. Éste perfeccionaba el de simple medición de niveles de las estaciones de vigilancia de la calidad del aire, de la desaparecida red medioambiental municipal. Sin embargo, la Administración regional mantiene los mismos protocolos de actuación de antes, consistentes en tomar nota de los índices que se alcanzan, informar a la población si hay algún riesgo y pasar la incidencia a los departamentos de Industria y Emergencias para que tomen medidas.
El Programa Aries (Atmospheric Research in Escombreras Valley), que implicaba el uso de un ordenador costosísimo para analizar los datos y avisar cuanto antes a las empresas de que deben moderar sus emisiones a la atmósfera, no figura en esos planes, según las informaciones recabadas por este diario en la Dirección General de Medio Ambiente.
Las dos columnas de humo oscuro que se elevaron desde las chimeneas de la refinería de Repsol, en Escombreras, el pasado martes, «no superaron los valores legales máximos», según Medio Ambiente, que maneja los datos que le suministran las dos estaciones que tiene activas en la zona, denominadas Valle y Alumbres. Además «eran impredecibles», recalcan las fuentes consultadas. La causa, explicó un portavoz de la factoría hace tres días, fue el reinicio de la actividad, que arrastró muchas partículas de carbono fuera de la chimenea, tras «una interrupción del abastecimiento eléctrico en las unidades de protección que obligó a parar la actividad, siguiendo el protocolo de seguridad».
Sin embargo, el hecho despertó gran inquietud entre los vecinos de Alumbres, que en lugar de recibir información oficial y directa a tiempo, tuvieron que llamar por decenas al 112 para alertar de la existencia de dos columnas de humo negro que se elevaban hacia el cielo y preguntar si eran fruto de un incendio o de alguna emisión industrial. Desde el teléfono de emergencias se les indicó que los gases salían de las dos chimeneas de Repsol y que no había ningún peligro para la salud. No consta que Medio Ambiente, que recibió el aviso de la empresa sobre las causas del suceso, tomara otras medidas.
Quejas municipal y vecinal
El Ayuntamiento respaldó el martes a los vecinos. El concejal de Medio Ambiente, Francisco Calderón, se quejó de la falta de una respuesta por parte de la Comunidad Autónoma para transmitir tranquilidad y dar alguna directriz.
Según la Dirección General de Medio Ambiente, el Ayuntamiento solo es informado si se superan los umbrales legales, como se hace con otros organismos y administraciones. Si los gases emitidos hubieran podido causar algún problema, por su composición o por su concentración, Medio Ambiente habría recibido los mensajes de alerta de las dos estaciones de vigilancia, y habría avisado a los departamentos de interior para que activara el Plan de Emergencias del Valle. Además, habría transmitido también el aviso al departamento de Industria por si era necesario ponerse en contacto con la empresa. Y, sobre todo, habría pedido a la ciudadanía que evitara la realización de ejercicio intenso al aire libre, sobre todo en el caso de ancianos, niños y personas con problemas cardiorrespiratorios.
La Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) se quejó ayer de que todo eso es insuficiente para afrontar un episodio de emisiones potencialmente contaminantes y queda muy por debajo del plan global que se presentó hace siete años. El sistema apadrinado en 2008 por el que era consejero de Medio Ambiente, Benito Mercader, tenía unas prestaciones mucho más ambiciosas. Se planificó a raíz de la entrada en servicio de las tres centrales de ciclo combinado de Gas Natural, Iberdrola y AES Corporation. Preveía la instalación de dispositivos en las chimeneas para detectar las emisiones que pudieran poner en peligro el equilibrio atmosférico. Los datos iban a ser suministrados en tiempo real a un ordenador valorado en un millón de euros, que los cruzaría con las previsiones meteorológicas y con otros factores para establecer un cuadro que permitiera anticiparse a cualquier sobrecarga, avisar a las empresas y evitar que tuviera lugar.
La avería del sistema eléctrico que acaeció en Repsol el martes fue algo imprevisto, pero podría haberse detectado antes con este tipo de mediciones y gracias al análisis computerizado. También sus efectos.
ANSE lleva años viendo cómo esos adelantos «en lugar de incorporarse han quedado al margen del plan para asegurar la calidad del aire», explicó el director de la asociación, Pedro García. «La falta de inversión y de efectivos de la administración es parte del problema. Pero es que tampoco hay un impuso real para que las empresas colaboren más de lo que lo hacen», dijo.
PLAN AMBIENTAL
Funcionamiento actual (2015)
Detección: Las estaciones Valle y Alumbres miden la calidad del aire y envían un SMS si hay un exceso.
Actuación: Los técnicos hacen un informe y alertan al Ayuntamiento, a Emergencias y a Industria
Información: Se emite un aviso con las medidas que debe tomar la población, en un primer momento.
Funcionamiento previsto (2008)
Detección: El volcado de datos debía hacerse también desde detectores en las chimeneas de las industrias.
Análisis: Un macroordenador debía cruzar datos continuamente para establecer hipótesis y conclusiones de los efectos de las emisiones.
Prevención: El análisis de datos debía permitir dar la alerta a las empresas en caso de que se previera una concentración excesiva. En casos imprevistos, como el del martes, también permitiría evaluar antes los efectos y tomar medidas.
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