Castilla y León: EA denuncia que la Junta alerta con retraso de la contaminación por ozono
Un año más, tal y como sucediera en El Bierzo, La Robla y Valladolid durante el verano de 2013, la prolongada ola de calor que afecta a Castilla y León y el intenso tráfico motorizado que soporta la Comunidad Autónoma han provocado que se disparen los niveles de ozono sin que se haya producido, según Ecologistas en Acción, el preceptivo aviso preventivo a la población.
En la tarde de ayer martes, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha difundido con retraso un comunicado en el que alerta de la superación en la zona Duero Sur de Castilla y León del umbral de información de ozono, establecido por la normativa española y europea en 180 microgramos de ozono por metro cúbico de aire en una hora. Esta superación se ha producido en la estación de control de la contaminación de Zamora, donde a las 8 de la tarde se ha alcanzado un nivel de ozono de 183 microgramos por metro cúbico, evidenciando la muy mala calidad del aire que durante ayer ha respirado al menos medio millón de personas en las provincias de Ávila, Burgos, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora.
La previsión de la superación de este umbral, obliga a las autoridades autonómicas a advertir a las personas más sensibles a la contaminación atmosférica, tales como niños, ancianos, mujeres gestantes o personas con problemas respiratorios o cardiovasculares, de que se protejan evitando en las horas centrales del día cualquier esfuerzo físico y los ejercicios al aire libre. También deben informar sobre la previsión de evolución de la contaminación, las áreas afectadas y la duración del episodio.
No obstante, este aviso se ha omitido hasta que efectivamente se ha alcanzado la situación de riesgo sanitario en la estación de la ciudad de Zamora, a través de un comunicado rutinario emitido a última hora de la tarde a través del Servicio de Emergencias 112, al que con seguridad no ha podido acceder la mayor parte de las personas sensibles a la contaminación.
En lo que llevamos de verano, en la práctica totalidad de los días y el territorio de Castilla y León se ha superado tanto el objetivo legal para la protección de la salud humana como la recomendación que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido para el ozono. Los ecologistas denuncian que la Junta de Castilla y León no está facilitando los datos de la mitad de los 38 medidores de ozono situados en la región, entre ellos los de las ciudades de Palencia y Salamanca, 5 de los 6 medidores de Valladolid ó 5 de los 6 medidores del Bierzo.
En opinión de los ecologistas, se reitera de esta manera el escaso interés con el que las autoridades autonómicas afrontan la lucha contra la contaminación atmosférica, que cuesta cada año cientos de vidas en Castilla y León ante la completa pasividad de nuestro Gobierno. Una actitud negligente que contrasta con los dos avisos preventivos que hasta la fecha ha realizado a su población el Ayuntamiento de Valladolid, desgraciada e inexplicablemente con una muy baja cobertura de los medios de comunicación de la ciudad.
Ante la persistencia de las altas temperaturas durante al menos esta y la próxima semana, Ecologistas en Acción demanda a la Junta de Castilla y León la adopción de las medidas necesarias de urgencia para evitar alcanzar el nivel de alerta por ozono, establecido en 240 microgramos por metro cúbico. Medidas que deben pasar por la limitación del tráfico urbano e interurbano, principal emisor de los contaminantes precursores del ozono, y también de las centrales de Anllares, Compostilla, La Robla y Velilla, si se considera que sus emisiones son la causa de los altos niveles de ozono en las Montañas del Noroeste de Castilla y León.
Asimismo, los ecologistas denuncian que la Junta de Castilla y León acumula una década de retraso en la redacción del preceptivo Plan de Mejora de la Calidad del Aire para reducir los niveles de ozono, y exigen a la Administración que cumpla con sus obligaciones legales y elabore, apruebe y aplique sin más dilación dicho Plan de Mejora, en coordinación con Comunidades limítrofes como la de Madrid, que comparte la responsabilidad de la situación.
El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias. Por inhalación, provoca un incremento de los riesgos de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. La OMS estima en cerca de 2.000 los fallecimientos prematuros anuales en España producidos como consecuencia de la exposición a niveles de ozono como los registrados en lo que llevamos de verano en Castilla y León. El ozono, además de para las personas, es también tóxico para la vegetación, dañando los bosques y reduciendo la productividad de los cultivos.
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