La contaminación atmosférica causa 42.000 muertos al año en Francia
La contaminación atmosférica causa la muerte prematura de 42.000 personas al año en Francia, pero eso además tiene un coste económico de cerca de 100.000 millones de euros, entre 1.100 y 1.600 euros por habitante, según un informe del Senado presentado hoy.
La factura estimada de la contaminación del aire se sitúa en una horquilla de entre 68.000 y 97.000 millones de euros, indican los miembros de la comisión de investigación del senado que ha realizado el estudio, presidida por el conservador Jean-François Husson, y que tiene como ponente a la ecologista Leila Aïchi.
La partida más importante son los 48.000 millones de euros derivados de las muertes prematuras, de acuerdo con los cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a los que se añaden entre 1.000 y 2.000 millones por los gastos médicos dedicados al tratamiento de enfermedades como el asma, algunos cánceres o problemas cardiovasculares causados por el aire contaminado.
Otro aspecto particularmente gravoso en términos financieros son las 650.000 jornadas de bajas laborales prescritas por culpa de la polución.
Los senadores han evaluado que las partículas finas, el humo o los picos de ozono tiene un impacto de unos 4.000 millones de euros sobre los rendimientos agrícolas, la biodiversidad, la calidad de los suelos o el patrimonio arquitectónico, que necesita restauraciones frecuentes.
En el caso de la agricultura, el organismo Airparif calcula que las cosechas en la región de París han sido en los últimos 15 años un 10 % inferiores a las que se habrían obtenido en una situación sin este tipo de contaminación.
La comisión senatorial ha incluido en su trabajo 60 recomendaciones, entre ellas un alineamiento de la fiscalidad del gasóleo con el de la gasolina (hasta ahora las tasas para el diesel son más reducidas).
También pide la creación de un sector industrial en Francia para autobuses eléctricos y una reglamentación clara en materia de contaminación.
A ese respecto, el Ministerio de Ecología va a poner en marcha desde enero próximo un sistema de "pastillas" de colores para identificar a los vehículos en función de su nivel de emisiones contaminantes para incitar a que los ayuntamientos puedan imponer restricciones a unos y otros.
París se ha adelantado y ha decidido prohibir los autobuses y camiones más contaminantes, así como un calendario para progresivamente impedir la circulación de vehículos diesel.
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