Vinculan la contaminación por partículas, incluso por debajo de los niveles recomendados, con mayores tasas de mortalidad
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela TH Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, encontró que las tasas de mortalidad entre las personas mayores de 65 años son más altas en los hogares donde hay una mayor contaminación del aire en partículas más finas (PM2,5) que en aquellos con niveles más bajos de PM2,5.
Según sus autores, es el primer estudio que examina el efecto de las partículas de hollín en el aire en toda la población de una región, incluidas las zonas rurales. Se observaron los efectos nocivos de las partículas, incluso en zonas donde las concentraciones eran menos de un tercio de la actual norma establecida por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos.
"La mayor parte del país ya cumple con los estándares de la EPA actualmente o se espera que los alcance en pocos años a medida que los nuevos controles de las centrales energéticas entren en juego", apunta el autor principal, Joel Schwartz, profesor de Epidemiología Ambiental. "Este estudio demuestra que no es suficiente. Tenemos que ir después tras las plantas de carbón que todavía no utilizan depuradoras para limpiar sus emisiones, así como otras fuentes de partículas como el tráfico y el humo de la madera", añade.
Estudios previos han relacionado la exposición a PM2,5 tanto a corto como a largo plazo con una mayor mortalidad, a través de mecanismos como trastornos del corazón, aumento de la presión arterial y la función pulmonar reducida. Los autores de este nuevo trabajo, que se publica en la edición digital de este miércoles de 'Environmental Health Perspectives', utilizaron datos satelitales para determinar los niveles de partículas y temperaturas en cada código postal en Nueva Inglaterra.
Esto les permitió examinar los efectos de PM2,5 en lugares lejos de las estaciones de monitoreo y mirar los efectos de la exposición a corto plazo y las exposiciones anuales medias simultáneamente. Los científicos analizaron los datos de salud de todas las personas cubiertas por Medicare, un programa del Gobierno norteamericano que ofrece atención médica, en Nueva Inglaterra -- 2,4 millones de personas-- entre 2003 y 2008, y los siguieron cada año hasta que murieron.
Así, encontraron que la exposición a PM2,5 a corto y largo plazo se asoció significativamente con mayores tasas de mortalidad, incluso cuando se restringieron a determinados códigos postales y tiempos con exposiciones anuales por debajo de los estándares de la EPA. La exposición a corto plazo (dos días) dio lugar a un aumento de 2,14 por ciento en la mortalidad por cada 10 g de aumento/m3 en la concentración de PM2,5, y a largo plazo (un año) generó un aumento de 7,52 por ciento en la mortalidad por cada 10 mg/m3 de aumento.
"La contaminación atmosférica por partículas es como la contaminación de plomo, no hay evidencia de un umbral seguro incluso a niveles muy por debajo de las normas vigentes, en particular en las zonas rurales que investigamos --advierte Schwartz--. Tenemos que centrarnos en estrategias que reduzcan la exposición en todas partes y todo el tiempo, y no sólo en lugares o en días con niveles altos de partículas".
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