Morón agradeció la iniciativa de la Junta de Andalucía que, como ya adelantó este periódico, hizo un estudio olfatométrico en noviembre para detectar las fuentes tras las denuncias de los vecinos. "Siempre un puerto tiene impactos negativos. Sería mejor un paraíso donde no hubiera barcos, pero hay que hacer compatible la actividad económica de nuestra comarca con el bienestar de los ciudadanos", reconoció el presidente, que anunció que la APBA subvencionará las medidas que eliminen la emisión de olores a través de convenios de buenas prácticas ambientales. Morón contó que tenía previsto contarles a los concesionarios en la reunión que tienen esa vía para hacer frente a la inversión necesaria. "Saben que a través de esos convenios hay una reducción importante de las tasas portuarias y que obligan a los firmantes a que el 50% de esa reducción la inviertan precisamente en medidas correctoras", explicó.

"No hay una medida tipo, según la naturaleza de la actividad y la entidad del problema tendrán que tomar unas medidas", declaró Federico Fernández, que afirmó el mal olor en determinadas zonas de la ciudad era un hecho constatable, aunque se trata de una materia "que se mueve entre lo objetivo y lo subjetivo" y que no está bien desarrollada en la normativa europea, ni por tanto en la autonómica. El delegado territorial de Medio Ambiente se mostró contento con la actitud receptiva de las empresas.

El jefe de servicio de Protección Ambiental, Ramón Bravo, enumeró cuáles son las cuatro fuentes de emisión y sus problemas. Contó que por un lado están las instalaciones con tanques de almacenamiento de hidrocarburos, CLH y Vopak, donde el foco está en el venteo. "Cuando tenemos un tanque que se está llenando, el aire que queda sale por algún lado. Con ese aire que huele podemos hacer dos cosas, dejarlo a la atmósfera o canalizarlo a unas instalaciones de depuración y eliminación de olores y ahí es donde vamos a trabajar con estas dos instalaciones", apuntó.

Sertego, por otro lado, se dedica a la gestión de residuos oleosos procedentes de buques, los marpoles. "La instalación tiene una serie de deficiencias. Están haciendo ahora el diagnóstico y nos van a proponer cuáles son sus medidas correctoras", comentó el jefe de servicio.

En cuanto a la depuradora, Bravo recordó que tiene un sistema de eliminación de olores, pero que por su actividad de depuración de aguas residuales también emite olores. "La depuradora es la que menos incidencia tiene en la ciudadanía en estos momentos. Lo que la gente está percibiendo es olor a hidrocarburo. Hay momentos puntuales en los que además se quejan de olores a huevos podridos, que es el sulfhídrico. Pero no viene de la depuradora, viene de los vertidos irregulares que tenemos aquí que se están corrigiendo por parte del Ayuntamiento en colaboración con la Junta de Andalucía", añadió.

En cuanto a plazos y medidas correctoras concretas, el técnico de la Junta de Andalucía dijo que ahora las empresas deben cuáles son las soluciones técnicas y qué tiempo de ejecución tendrán. "No son sistemas sencillos y además depende de inversiones muy importantes. Hay que coordinar inversiones, plazos de ejecución, puesta en marcha, comprobación de las medidas y si no son eficaces, medidas adicionales", declaró.

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