“Anunciaremos en la conferencia de París que la meta a largo plazo a nivel global es la reducción de al menos un 60% de los gases de efecto invernadero en comparación 2010. Eso supondría una reducción del 50% respecto a 1990. Es algo muy ambicioso, pero cre que si unimos nuestras fuerzas, podremos lograrlo”, declaró Merkel.

“La UE ya mandó una señal clara el año pasado al anunciar que reduciría para 2030 en al menos un 40 % sus emisiones con respecto a 1990. Pero el término ‘al menos’ deja la puerta abierta a volver a reflexionar internamente si debemos realizar cambios”, continuó la canciller.

Alemania anunció a nivel individual que, ya para 2020, aspira a reducir en un 40 % sus emisiones de CO2 y otros gases contaminantes con respecto a 1990.

En el que ha sido el segundo día de la cita el máximo mandatario francés por su parte ha destacado la necesidad de cambios profundos. “Movilicémonos, actuemos. Es urgente. Es algo a favor de nuestro interés común. Como ha dicho la canciller, el calentamiento global no es únicamente una amenaza, supone además una oportunidad crucial para inventar otro modelo de desarrollo”, dijo François Hollande.

También expresó la necesidad de que los países más industrializados ayuden a los países emergentes en una transición hacia una energía más limpia. “Los países emergentes no aceptarán ningún acuerdo si no son acompañados en sus esfuerzos”, aseguró en referencia a la necesidad de que los países “ricos” contribuyan al “fondo verde del clima”, previsto para financiar medidas de mitigación y adaptación ante el cambio climático.

Sin embargo, para algunos el discurso oficial fue suficiente, Decenas de personas se manifestaron cerca de la Puerta de Brandeburgo con motivo del encuentro para pedir una Unión Europea con un 100% de energía renovable para 2020.

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