A Coruña: Las descargas de coque dejan los muelles de la ciudad
Al carbón de coque, casi el único granel sólido que no se trata mediante circuito cerrado, le quedan pocos días para abandonar definitivamente los muelles urbanos de A Coruña. Su destino: las nuevas instalaciones portuarias de punta Langosteira.
De hecho, la consignataria que opera este derivado del petróleo, Terminales Marítimos de Galicia (TMGA) ya comenzó a mover esta mercancía desde el puerto exterior de punta Langosteira, en la costa de Arteixo. La primera operación ya se realizó el pasado día 10 de febrero. Pero desde ese día los movimientos del coque fueron aumentando en la dársena arteixana.
Así, Terminales Marítimos de Galicia ya realizó desde esa fecha cinco operaciones, con una media de 3.000 toneladas cada una de ellas. O lo que es lo mismo, la consignataria coruñesa ya movió alrededor de 15.000 toneladas desde las nuevas instalaciones portuarias de la costa de Langosteira.
Esta iniciativa permite sacar el coque de los muelles urbanos, y evitar la contaminación, el polvo y las partículas en suspensión que van a la atmósfera y que afectan considerablemente a los vecinos de los barrios más próximos a los muelles Centenario Sur y San Diego, es decir, a los residentes de los Castros, Castrillón, Oza...
Pero además del coque, en el puerto exterior de punta Langosteira ya se están moviendo otros graneles que afectaban a la relación puerto-ciudad, como es el clínker, o, incluso en maíz, a pesar de que el movimiento de este último se hace en los muelles interiores a través de un sofisticado circuito cerrado.
TMGA, la primera
Cabe destacar que TMGA fue la primera empresa del puerto interior en operar en Langosteira.
De hecho, ya construyó en el puerto exterior una nave de 5.000 metros cuadrados para el almacenamiento y distribución de graneles sólidos y mercancía general, y ya solicitó una ampliación de otros 5.000 metros cuadrados más. Además, esta consignataria trabaja en un proyecto de construcción de una nueva nave de 2.500 metros cuadrados.
El inicio del traslado de los graneles sólidos cumple con el objetivo de la Autoridad Portuaria de eliminar las mercancías que puedan provocar molestias a los vecinos próximos a los muelles. Y hay que destacar que las instalaciones de punta Langosteira se encuentran a dos kilómetros de las viviendas más cercanas.
Los graneles sólidos son el punto débil y más controvertido de la relación puerto-ciudad. La manipulación de este tipo de mercancías no está exenta de emisión de polvo a la atmósfera. Aunque hay que reconocer el gran esfuerzo realizado por la Autoridad Portuaria y los operadores en los últimos años.
Hay que recordar la enorme inversión que realizaron las consignatarias para minimizar la contaminación y tratar de perjudicar lo menos posible a los vecinos coruñeses, sobre todo a aquellos que residen en las áreas más próximas a los muelles urbanos.
Así, la compañía Galigrain montó un sofisticado sistema para mover los graneles sólidos, dedicados a la cabaña ganadera, a través de circuito cerrado. Para ello cuenta con tolvas ecológicas que absorben el polvo, y de ahí los cereales pasan a una cinta transportadora totalmente hermética que lleva la mercancía hasta las naves, también cerradas.
Lo mismo ocurrió con la construcción de la medusa, el almacén de carbón vegetal, y que gestionan TMGA y Gas Natural Fenosa. La consignataria también cuenta con tolvas especiales, que minimizan la emisión de polvo a la atmósfera, y con cintas transportadoras totalmente herméticas que llevan el mineral hasta la medusa.
Solamente quedaba el coque, pero ahora ya se desplaza hacia Langosteira, como hizo el buque Vectis Castle, que descargó el sábado 3.000 toneladas.
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