China: La calidad del aire mejora en Pekín, pero el panorama nacional es "sombrío", según Greenpeace
Las estrictas medidas del Gobierno chino en Pekín están funcionando y la contaminación en la capital ha bajado "moderadamente" en el último año, si bien la calidad del aire en el resto del país continúa siendo "nefasta" y dibuja un panorama "sombrío", dice un estudio publicado hoy por Greenpeace.
En un comunicado, la organización analiza la situación en China gracias a datos oficiales publicados por el Gobierno sobre la calidad del aire durante el primer trimestre de 2015 en 361 ciudades del país, en comparación con información oficial del mismo periodo del año anterior.
"Nuestro análisis muestra que las medidas del Gobierno para controlar la contaminación están funcionando, al menos lo bastante para que se registre una mejora modesta en el último año en algunas ciudades como Pekín", señaló Zhang Kai, jefe de Campaña de Energía y Clima de Greenpeace de Asia Oriental.
No obstante, explica Zhang, es "el único aspecto positivo" de la situación en China, donde el 90 por ciento de las ciudades todavía registran niveles de contaminación que superan "mucho" los estándares del aire oficiales.
La organización destaca la "importante y sin precedentes" publicación de datos realizada por el Gobierno sobre el primer trimestre de este año y le anima a actuar de manera efectiva con esta información.
"Armado con estos datos, el Gobierno debe asegurase de que la contaminación no sea desplazada a otras regiones, y que las estrictas medidas impulsadas en ciudades como Pekín también son implementadas en el resto del país", consideró Zhang.
En Pekín, que sigue estando la cuarta en la lista de ciudades o regiones más contaminadas del país, la concentración de partículas PM 2,5 -las más pequeñas y dañinas para la salud- mejoró "en más del 13 por ciento" en el primer trimestre de 2015 y en comparación con el año anterior.
La provincia industrial de Hebei, otra de las zonas más contaminadas que rodea a Pekín, también mejoró la calidad del aire en hasta un 31 por ciento.
A pesar de estas ligeras mejoras, la situación en China sigue siendo "nefasta", advierte Greenpeace.
"A pesar de las modestas mejoras en ciudades de perfil alto como la capital, los datos dibujan un panorama sombrío. Es esencial para nuestra salud y la de nuestros hijos que recuperemos nuestro cielo limpio (...). La mejor solución a largo plazo es conseguir una transición del carbón hacia energías limpias y renovables", opina la organización.
En un esfuerzo por combatir la contaminación, Pekín ha decidido recientemente ir cerrando las plantas de carbón, la principal fuente de energía de China, y tanto en la capital como en otras ciudades serán sustituidas por otras a base de gas natural, un combustible menos contaminante.
Se calcula que entre 350.000 y 500.000 personas mueren prematuramente cada año como resultado de la contaminación en China, según desveló este año el exministro de Sanidad Chen Zhu en una revista extranjera, la primera vez que un alto oficial citaba el coste humano de este problema.
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