Y en este sentido, la autoridad de Medio Ambiente informó que la “Gestión de Episodios Críticos”, medida que forma parte del (PDA), comenzará a aplicarse a partir del 1 de abril -un mes antes que el año pasado- y hasta el 31 de agosto.

De esta forma, cuando los niveles de contaminación por material particulado superen la norma, la Seremía de Medio Ambiente debe entregar esta información a la Intendencia Regional, entidad que deberá declarar -en caso que corresponda- alerta, pre-emergencia o emergencia. Medida que regirá desde la medianoche del día en que se decreta el episodio y por 24 horas.

Alerta, pre-emergencia o emergencia

En caso de que en el aire se encuentren entre 195 a 239 microgramos por metro cúbico, se podrá declarar alerta ambiental. Si la cifra se encuentra entre 240 y 329 microgramos, habrá pre-emergencia. En caso de que el indicador supere los 340 microgramos se debe decretar emergencia. En esta última condición, según explica la seremi de Medio Ambiente, Giovanna Amaya, “estamos casi respirando humo”.

La autoridad recuerda que en la zona saturada de O’Higgins -hasta el momento- no se han presentado niveles de emergencia ni preemergencia, y que el año pasado sólo se declararon alertas por material particulado.

La seremi del ramo, Giovanna Amaya, explica que la “Gestión de Episodios Críticos” es una de las herramienta que contempla el PDA, agregando que existen otras medidas, como el acondicionamiento técnico y el control de emisiones del transporte público y urbano. Restricciones que se trabajan durante todo el año.

Las medidas

La autoridad indicó que cuando se decrete alerta, emergencia o preemergencia, se deben tomar tres medidas: La prohibición de utilizar calefacción a leña; de hacer educación física dentro de los colegios y liceos; y de actividades masivas organizadas por el Instituto Nacional del Deporte (INE).

Control de las emisiones industriales

Para finalizar, Amaya explicó que a partir del 5 de agosto las industrias o fuentes fijas de la región van a tener que asegurar su emisión, es decir, “se empieza a regular o controlar las emisiones de las industrias que tengan fundiciones, como el acero; hornos de las panaderías; industrias de secados de granos y semillas, y aquellas que utilizan calderas. Esto no quiere decir que se tengan que cambiar a otra tecnología, sino de ver la forma de abatir estos gases y poder cumplir con la normativa asociada”, concluyó la autoridad.

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