Los ministros discutirán la posición de la UE de cara a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de París (COP21), presentada la semana pasada por la Comisión Europea (CE), que ejerce de negociadora comunitaria en una conferencia en la que espera lograr un "ambicioso protocolo climático".

La UE ofrece comprometerse a reducir sus emisiones en un 40 % de cara a 2030 respecto a 1990 y un 60 % para 2050 respecto a los niveles de 2010, lo que a su juicio contribuirá a cumplir el objetivo de mantener el calentamiento global en no más de dos grados celsius.

Los Veintiocho prevén dar mañana en el Consejo de Medio Ambiente su visto bueno a este esfuerzo, que se formula en la llamada "contribución prevista determinada a nivel nacional" (INDC por sus siglas en inglés).

Los Veintiocho también mantendrán un intercambio de puntos de vista sobre los aspectos climáticos de la comunicación presentada por la Comisión Europea para la creación de una Unión Energética.

Además, la presidencia rotatoria del Consejo, que este semestre ostenta Letonia, prevé preguntar a la Comisión Europea por el paquete de economía circular, un dossier que la semana pasada decidió finalmente retirar para presentar una revisión del mismo este año.

La decisión de la Comisión liderada por el conservador Jean-Claude Juncker de retirar el paquete de economía circular, entre otras iniciativas legislativas, de su programa de trabajo para este año causó gran polémica en diciembre, cuando fue criticada por organizaciones ecologistas y creó reticencias en varios gobiernos.

Los Veintiocho también abordarán la conocida como "Agenda post-2015", de cara a la conferencia internacional que se celebrará el próximo septiembre en la que se tratará de lograr un acuerdo sobre unos objetivos que reemplacen -dando continuidad y ampliando su alcance- a los Objetivos del Milenio.

La UE defiende que el medio ambiente siga teniendo un fuerte peso en estas nuevas metas, más allá de otras cuestiones de importancia como la erradicación de la pobreza.

La cuestión de la financiación también es uno de los puntos más delicados de estas metas, con una discusión sobre si todos los fondos que se dediquen a esta agenda se deben incluir en una misma cesta o separado entre una partida contra la pobreza y una segunda para otras cuestiones.

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